MIENTRAS ARDÍA FUKUSHIMA
Mientras ardía Fukushima,
mi pene se adentraba en tu boca.
[Todo calor encuentra vías de entrada
y de salida]
Mientras ardía Fukushima,
mi lengua bordeaba tu sexo,
como un pintalabios carnoso.
Mientras ardía Fukushima,
y la gente masticaba el peor de
los finales,
nuestros cuerpos se re-lamían,
Y re-creaban, un signo de infinito
[∞]
Eros contra tánatos igualandose en su pulsión.
ResponderEliminar