Te envío mails
cuando tu ventana
está cerrada.
Tal vez te amo o es mi deseo,
o echo de menos tu lascivia
o que no me distingo
de la necesidad.
Y te cuento banalidades,
por ejemplo:
Esta tarde, el contacto
de la lana en mi espalda
me estremecía
como si tu lengua siguiera
los islotes de mi columna;
por ejemplo:
Me he dormido
esta noche
con la mano en el sexo
imaginando
que no hay mejor lugar
para el descanso de tu mano
después de amasarme
y de cocerme
Y es que tal vez te escribo
con la misma ansiedad
que esa muchacha china
cuando dice:
*¿Quién mirará y admirará mi hermoso rostro?
*(Del poema: "Dedicado a mi amor", Zhang Yaotiao, S IX)
Del libro: "Conectada"
Editorial: Celya
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