Páginas

13

Susana González


“DUERME CON ALGUIEN QUE QUERRÍAS SER”
así se titulaba el artículo,
entendiendo por “dormir”
el acto de mezclarse con otro cuerpo.

                               El sexo.

La carne se fusiona
más allá del placer.
Entrar en un espacio
que entra a ser el tuyo.

A veces ves unas manos
y quieres diluirte en esa persona
y las quieres apretándote la espalda,
cogiéndote por sorpresa,
cambiándote bruscamente de postura
sin pedir permiso.
A veces es un olor
o un cuerpo de espaldas que no conoces.

Con el último todo era lento y degustado,
presencial todo el rato.
Se sentía un halo eléctrico,
algo que no puedo recordar,
que escapa de los detalles,
de la comprensión.
Al terminar
si salíamos a pasear,
la percepción era otra,
                               los colores, el cielo
la realidad respondía a otra configuración
las pupilas abiertas,
el vacío,
la presencia en los pies,
                               los raíles.

Dejó de llamarme.
Estaba podrido de miedo
a sus treinta y pico.
Ahora no dejo de pensar en la palabra “tantra”,
y en comprarme un libro y practicar.

El sexo como una unión,
como una escalera,
más allá del gusto,
de lo obvio,
de la sed cerebral,
la carne como capa primaria.

Dos cuerpos
como una llave y una puerta.

                                               A través de la cerradura
                                               me arrodillo a mirar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario